Por Martín Carzo
Martino pisa el césped de Bella Vista. Se ríe. Charla con los jugadores. Gesticula. Dialoga con sus colaboradores. Vuelve a reír. Sabe que es el centro de todos los flashes y no oculta su alegría por estar al frente del primer equipo de la Lepra. Baja su línea emocional y espera contagiar. Contagio. Ese es el primer gran objetivo de esta sesión de entrenamiento.
Y sigue con su idea de revolución anímica. No se aparta de ella. Por eso las charlas individuales con jugadores puntuales. Figueroa, y el rol decisivo que el Tata seguramente pretende de él para este equipo: Jugar para hacer jugar, hacer jugar para generar, generar para atacar, y generar para descansar con posesión. Por eso también el ultimátum a Riveros y el "depende de vos" suena como una espada de Damocles pendiendo sobre la cabeza del Paraguayo que, demostrado quedó, sin presión no rinde. La prueba ahora será intentar que en situaciones extremas el volante logre un nivel de desenfado y agresividad en su juego que lo tiene, pero aun no lo ha exhibido con la casaca de Newell’s.
Y los jugadores siguen bajo las órdenes del Profe Paolorosso. Y sigue el buen ánimo. Las risas, las bromas. Y siguen los flashes. Y vuelven viejas caras nuevas de jugadores que parecían condenados al ostracismo propio de las malas decisiones. “Es uno más del plantel” resuena luego en rueda de prensa. Y en un santiamén, el Chino Torres pasa de ser el nuevo “Cobelli”, contractualmente hablando, a ser el posible recambio de Víctor Figueroa.
En otro rincón, con un perfil bajo que contrasta con su altura, disfrutamos de Eugenio Isnaldo. Este volante por izquierda de 17 años tenía destino de Reserva en este 2012 pero, fiel a su tranco largo, metió una zancada de Sexta División a Primera. Zurdo. Con recorrido. Buena pegada. Pisa el área rival más de 8 veces por partido. Llega al gol cuando se cierra y llega al fondo cuando va por afuera. Lo pidieron los “ciudadanos” de Manchester para una prueba, viajó a Inglaterra, pero nunca se apartó de su norte: la Primera División de Newell’s. Para la prensa rosarina hoy es el tapado, el pibe que ‘el Tata subió de la cantera’. Para nosotros es simplemente Eugenio Isnaldo, ex alumno del CIENOB, hermano de Yamil, quien también juega en las inferiores de la Lepra. Un jugador con gran proyección, pero también un chico de 17 años.
Y termina el primer entrenamiento de esta pretemporada Martiniana. Y se respira un aire generado desde adentro que rebota hacia afuera. El jugador y el hincha leproso lo llamarán ´optimismo´. La prensa lo rotula ‘ánimos renovados’, y como dijera alguna vez Carlos Bilardo, se porta muy “flu” al entrevistar al Tata. Por eso el entrenador leproso va al hueso en cada respuesta. Porque ya dejó en claro que no atenderá demasiado a los medios, y porque sabe también que esos mismos medios son necesarios para seguir con la revolución anímica que intenta generar en sus jugadores cuando estos llegan a casa luego de la práctica, o leen el diario del día siguiente. Convencerlos de ser el jugador que alguna vez fueron, o del que nunca han sido hasta ahora y pueden llegar a ser. De eso se trata todo esto. Al menos, en esta primera etapa.
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