El otro comienzo de ciclo

Por Martín Carzo

A la par del inicio de la pretemporada del primer equipo bajo las ordenes de Gerardo Martino, comenzó también la puesta a punto de la Reserva leprosa.

Este nuevo ciclo en la Tercera División está siendo comandado por uno de los cuerpos técnicos de nuestra cantera con mayor proyección. Tanto es asi que si repasamos los candidatos para dirigir la Primera, siempre nos encontraremos con un denominador comun: Alfredo Berti. La prensa lo rotuló como el tapado, como el hombre de la casa, como una apuesta de un entrenador sin experiencia en la plana mayor de nuestro fútbol. Sin conocer que tipo de fútbol pregona, o que estilo de juego pretende inyectar en sus equipos, la prensa opinó, como de costumbre.

Lo cierto es que durante estos años disfrutamos de los equipos agresivos que fueron las Sextas Divisiones, de AFA y de Rosarina, quienes lograron campeonar en el torneo local y llegar a dos finales en los certamenes organizados por la Asociacion del Fútbol Argentino. Esto en cuanto a resultados. También vimos pegar el salto largo de varios chicos que hace rato se codean con la Primera División, como ser Lorenzo Faravelli, Nahuel Valle y Marcos Perez, entre otros.

Hoy, el cuerpo técnico conformado por Alfredo Berti, Ivan Gabrich, Hernán Martinez, Miguel Fullana y Fernando Morelli se dispone de la ardua tarea de "darles el ultimo golpe de horno" a un plantel de juveniles que miran con hambre la puerta de la Primera. Para ello, ademas de brindarles un abanico de conceptos tecnico-tácticos, una de los objetivos a lograr en esta división será el acostumbrar a chicos a disputar los ultimos minutos del partido, como minimo, con mas de veinte mil personas en la cancha. Acostumbrarlos a un clima de presión que lleva innato el hincha leproso, y que saldrá a relucir mas que nunca en este momento delicado del club.

La Reserva leprosa ya está en marcha. La conforman, en su mayoria, jugadores que ya conocen lo que pretende el entrenador porque han pasado por su manos durante el trayecto de inferiores. Dejando de lado el hecho que la premisa es formar jugadores para el primer equipo, el hincha podrá acodarse en la cancha un par de horas antes del comienzo de la primera, para disfrutar seguro de un Newell's que no resignará nunca el protagonismo, que hará culto casi religioso de la presión agresiva y que utilizará la posesión del balón y la movilidad para lastimar al rival lo mas pronto y tantas veces como sea posible.